Cuando la Organización Mundial de la Salud caracterizó al Covid-19 como una pandemia, el planeta se paralizó. Centenares de países se han declarado en estado de emergencia, y han pedido a sus ciudadanos que se queden en sus hogares y, con ello, que se detengan sus actividades normales, incluyendo sus actividades económicas y comerciales.
Como consecuencia del Covid-19, los negocios están expuestos a riesgos económicos imprevistos que pueden acarrear consecuencias legales. Los objetivos que se habían planteado las empresas para este año tendrán que ser reconsiderados en función de la nueva realidad: operaciones cerradas por períodos indeterminables, actividad comercial limitada o nula y un mercado golpeado al que le tomará tiempo recuperarse.
Desde una perspectiva de integridad y Compliance, existen una variedad de escenarios que podrían generar problemas para las compañías. Tales escenarios incluyen, por ejemplo, obtención contratos estatales de manera irregular, alteración de estados financieros para cumplir con sus metas, contratación de nuevos proveedores más baratos para abaratar costos sin haber analizado a tal proveedor, etc.
Al igual que en cualquier forma de crisis, las decisiones que se tomen ahora pueden generar cuestionamientos en el futuro. En ese sentido, las compañías deben considerar:
- Realizar actos efectivos para prevenir que la empresa y sus funcionarios se expongan a riesgos de corrupción. Para ello, será útil designar a una o más personas dentro de la organización para que verifique la actuación empresarial transparente e íntegra. La implementación de reglas claras es igualmente importante.
- Abrir canales de comunicación para que el personal y los proveedores puedan reportar actos que puedan presentar riesgos de corrupción. La experiencia muestra que si no se abren tales canales de comunicación, el personal talentoso se desmotiva y se puede llegar a denunciar a la empresa ante las autoridades.
- Establecer reglas claras y controles adecuados respecto a los asientos contables y manejo de estados financieros.
- Realizar verificación legal y reputacional de potenciales socios de negocio para entender quiénes son, qué personas están detrás y cómo esa nueva relación de negocio podría afectar los riesgos que la compañía debe considerar.
En momentos de crisis es cuando más importa actuar con integridad y en apego a la ley. Tomar decisiones empresariales meditadas evitará consecuencias indeseadas a mediano y largo plazo, consecuencias que pueden poner en peligro a la compañía, a sus administradores y al personal en general.
Consejo Editorial