El 13 de junio, el Ministerio de Salud Pública emitió el Acuerdo Ministerial 34-2023 que adopta obligatoriamente la “clasificación Nova” que ordena los alimentos según la intensidad de la transformación a la que han sido sometidos y busca dar a los consumidores información clara sobre los alimentos que consumen. A diferencia de otras clasificaciones este sistema se enfoca en la naturaleza, finalidad y grado de procesamiento industrial.
El Acuerdo será reglamentado cuando la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA) determine la forma de inclusión de esta información en las etiquetas de los productos.
Categorías de información:
La clasificación NOVA se divide en cuatro categorías principales:
1. Alimentos sin procesar o mínimamente procesados.
2. Ingredientes culinarios procesados.
3. Alimentos procesados.
3. Alimentos ultra procesados.
Impacto del Sistema NOVA en la industria alimentaria.
El sistema Nova plantea importantes desafíos para la industria alimentaria, ya que implica una transformación significativa de etiquetas e información al consumidor. Uno de los retos más relevantes es la definición y clasificación de alimentos dentro de las diferentes categorías del sistema. Para asegurar la precisión y coherencia en la clasificación, la industria deberá participar en la creación de criterios claros que determinen el grado de procesamiento de los productos.
En cuanto a etiquetado la industria deberá cumplir con regulaciones que establezcan cómo presentar la información al consumidor de manera clara, gráfica y comprensible. Esto podría incluir el diseño de etiquetas específicas, el tamaño y la ubicación del etiquetado en el envase, así como el uso de íconos o sellos que precisen el grado de procesamiento del alimento. De hecho, el rotulado del sistema nova agregaría octógonos de advertencia nutricional en la parte frontal y eliminaría el semáforo nutricional de las etiquetas.
Sistema NOVA en Latinoamérica:
En países de la región como Chile, México, Argentina, Uruguay y Perú, que ya han implementado este sistema gráfico nutricional, ha existido énfasis en que la información gráfica sea muy claramente visible. La información al consumidor propone que se tomen decisiones de consumo objetivamente informadas y según los perfiles nutricionales que las personas consideren adecuados.
En conclusión, la industria de alimentos deberá prepararse para: i) medir de manera objetiva el grado de transformación de los alimentos comercializados; ii) rediseñar integralmente las etiquetas para reflejar el sistema gráfico actualizado y la data sustancial asociada. Se espera que el proceso transicional sea razonable en tiempo para estos ajustes.
Patricio Quevedo Vergara
Thais Cedeño Bermúdez