Por: Gonzalo Muñoz
Hace unos días tuve el privilegio de visitar Quito para tener conversaciones de alta calidad con empresarias y empresarios de diversos tamaños y rubros tanto en YPO como en IMPAQTO. Todos estaban interesados en conocer y aprender un poco más sobre el modelo de las empresas B y también sobre cómo nació y funciona TriCiclos, la empresa que tuve el honor de cofundar en Chile hace 9 años, y que hoy opera en 5 países del continente.
Las diversas instancias en las que participé me sirvieron para conocer emprendedores tremendamente comprometidos, que más que preocupados, están ocupados del futuro del país y de cómo podemos posicionar en el Ecuador un sector empresarial que en el día a día genere valor público a la vez que hace sus negocios. Existen maravillosos casos de éxito como el de Pacari; se tiene un ejemplo global de desarrollo turístico sustentable con las Galápagos; el capital humano claramente está; el capital natural es evidente; y el capital financiero fluye cuando las condiciones son las apropiadas, como aparentemente está dándose en este país, donde incluso me tocó acompañar el lanzamiento del consejo empresarial B.
Si el planteamiento es que el mundo nos pide que cambiemos para mejorar, entonces es necesario tener al menos dos claridades. ¿Qué nos gustaría conservar y qué necesitamos cambiar?
Sugiero conservar el amor por el inmenso patrimonio natural y cultural que tiene el Ecuador. Ese conocimiento y respeto por la fragilidad de los tejidos naturales y sociales puede resultar un excelente diferencial en el corto plazo. Galápagos, como ya mencioné antes, es uno de los mejores ejemplos globales para comprender el impacto de las actividades humanas en el espacio limitado que se tiene, y como el ser humano consigue establecer reglas de desarrollo que reducen significativamente las fricciones sociales y ambientales. Y por lo tanto el trabajo bien logrado en un contexto insular, sirve para ser extrapolado a un contexto continental e incluso planetario. Es evidente que Ecuador tiene mucho que enseñarle al mundo.
Lo que se viene es una etapa donde las actividades empresariales (al igual que muchas otras actividades humanas) deben gestionarse considerando no sólo la rentabilidad financiera, sino que también la social y ambiental. Esto no es nuevo en el espíritu e intención de muchos empresarios, asociaciones, gremios e incluso gobiernos. Donde hemos fallado es en darle la relevancia de las métricas. Hay una máxima empresarial que dice “lo que no se mide no existe”. Y en el contexto de las empresas vemos que los resultados son los que mandan y definen el éxito. Los objetivos son los que condicionan los salarios y las bonificaciones de las personas. Entonces lo que toca hacer es justamente salir de las declaraciones valóricas y a veces románticas, para pasar a la acción con actos concretos, medibles, demostrables y transparentes. La ciudadanía, los empleados, los consumidores, el planeta entero no quiere más declaraciones de buenas intenciones y lindos manifiestos de marketing. Se necesita gestionar los impactos socio ambientales con la misma rigurosidad con que se miden los financieros. Y para ello la rueda ya fue inventada. En TriCiclos hace 9 años gestionamos la empresa con triple presupuesto (social, ambiental y financiero) procurando que los tres sean positivos. Por lo tanto, reportamos todos los meses triple resultado, y las más de 250 personas que trabajan en la empresa tienen bonificaciones de triple impacto. Eso lo medimos además a través de la herramienta de evaluación de impacto B (www.bimpactassessment.net) que nos permite llevar ya 6 años como Empresa B certificada y continuar aumentado su puntuación en esta medición. A su vez en el último año hemos decidido apuntar nuestras acciones para que sean un aporte a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sustentable) de modo de estar conectados con las necesidades globales y la urgencia de que el sector privado también oriente su mirada al 2030. A través de esa lógica y herramientas maravillosas desarrolladas por otros, logramos pasar de conversaciones muy elevadas y necesarias, a kpi’s prácticos que permiten a las personas saber qué hacer en el día a día. La invitación está clara y la oportunidad es absoluta. Si tú no lo haces, lo hará alguien más.
Consejo Editorial